Entre Remisiones y Brotes
Los síntomas de colitis ulcerosa son variados siendo uno de los primeros síntomas el aflojamiento del intestino sintiendo en todo momento la sensación constante de defecar, cuyo excremento progresivamente sale en estado líquido, tipo diarrea, el cual generalmente tiene sangre en mayor o menor cantidad dependiendo de la gravedad del episodio.
Los retorcijones de dolor abdominal y severa urgencia de evacuar son otros de los síntomas donde la diarrea puede empezar lentamente o de repente. Adicionalmente, esta enfermedad, conocida también como CUCI, puede presentarse con dolores en las articulaciones y lesiones en la piel donde en niños la falta de crecimiento apropiada es uno de los síntomas más preocupantes.
Esta enfermedad catalogada tradicionalmente como crónica, pasa por períodos de actividad e inactividad a cuyo periodo de inactividad se le conoce con el nombre de “remisión” y al de actividad con el nombre de “brotes”.
Colitis Ulcerosa Embarazo y Parto- Mi Experiencia entre Remisión y Brotes
Sentir a un ser que crece dentro de uno, parirlo, amamantarlo, cuidarlo, abrazarlo y verlo llorar es una experiencia que va más allá de cualquier escrito, sin embargo trataré de exponer en palabras mis vivencias, especialmente la cual donde uno de ellos vivió junto a mi la experiencia del segundo brote de la enfermedad de colitis ulcerosa, diagnosticada en 2011. (Leer en más detalle – Año 2011)
Mi primer embarazo fue a los 29 años, tiempo en el que vivía y comía de forma convencional y en el que aún no se me presentaba la enfermedad de colitis ulcerosa inespecífica (CUCI). Fue niña y nació en el 2010. En su espera sufrí de hinchazón de pies y nariz y dolores en espalda y piernas. El trabajo de parto fue de más de 12 horas y el parto fue parto normal en el agua de forma consciente, y muy doloroso.
Mi segundo embarazo fue en 2013 con la enfermedad de Colitis Ulcerosa Crónica ya presentada pero controlada de forma natural sin pastillas. Debido a la mala experiencia de parto que tuve con la primera, busque otras alternativas y encontré un par de matronas que realizaban partos en casa y junto a mi marido decidimos aventurarnos hacia este tipo de parto.
Los primeros meses de embarazo no me hinche y me sentia con energia, no tenia dolores pero tenia grandes antojos.
En ese tiempo, principalmente producto de la enfermedad, vivíamos fuera de la ciudad y comíamos de forma 100% orgánica. Mi dieta era bastante limitada, sin trigo ni lácteos siguiendo además el sistema de dieta disociada y no tenía muchas opciones culinarias por lo que me pasaba mañanas enteras imaginando que me comía una pizza con triple queso, con tomate y aceitunas negras más un pie de limón fresco y un vaso de leche de vaca con chocolate, como para dar un ejemplo!!!.
Para lidiar un poco con esa ansiedad preparaba papas fritas con salsa de tomate, lo que era “prohibido” de acuerdo a la dieta disociada pero que entre comer trigo de harina refinada con tomates con pesticidas y queso de vacas enfermas, prefería juntar papas orgánicas fritas en aceite de oliva orgánico con tomates sin pesticidas y controlar en parte los antojos!!!
Cuando salieron los choclos comencé a prepararlos de distintas formas, comiéndome un día: dos choclos orgánicos cocidos con mayonesa casera, dos humas con tomate orgánico, rematando con pastel de choclo orgánico con tomates orgánicos y huevos duros de campo. En esa noche no pude dormir, y me la pase en el baño con diarrea y dolor de estómago espantoso. Al otro día, me sentí mejor y sin pensarlo me tome un jugo de ciruela, y al baño nuevamente pero esta vez con sangre en las heces.
Se me había presentado el segundo brote de colitis ulcerosa con ocho meses de embarazo.
Entre el 1 de Febrero y el día que nació mi hijo fueron los días más angustiantes y tristes que me han tocado vivir. Aunque queríamos que el parto fuera en la casa, con el tema del brote preferimos cancelar el trato con las matronas y asegurarnos de tenerlo en un hospital. Busque algo que se asemejara a la idea de parto consciente, vertical e íntimo que deseabamos y encontré el hospital de Talagante en Santiago, Chile, donde luego de conversar con una de las matronas encargadas, quede tranquila al saber que sería un parto lo más parecido al de casa.
Cuando se cumplieron las 37 semanas, esa misma mañana, tenia hora con un machi que habíamos estado en contacto vía email y me había dicho lo visitara aquel día. Comencé con las contracciones a las 5 de la mañana y mi esposo comenzó a preparar todo para irnos al hospital. Como yo creía que el trabajo de parto iba a hacer largo como el anterior, le dije a mi marido que se pusiera a preparar las cosas y la comida, ya que como estaba con el brote solo podía asimilar ciertos alimentos, principalmente pollo de campo cocido al agua.
Sin embargo a las 8:30 las contracciones se hicieron cada vez más fuertes y en el baño de mi hogar nació mi hijo. Recuerdo haberme tirado al suelo de dolor y agarrada de la tina sentí como se rompía la bolsa. Luego llega mi esposo y me toma de los brazos como para ayudarme a levantar y me dice: Vamos al hospital ahora, y yo le dije: “NO podemos ir porque hay viene la cabeza”. Mi hijo nació.
Como no podíamos salir en esas condiciones, mi esposo busco en Internet como cortar el cordón, mientras yo me instalaba en la tina con agua caliente en el baño con estufa donde sobre mi vientre descansaba una bella criatura atados aun por el cordón.
Luego de cortar el cordón, el cual según aprendimos NO se corta rápidamente como se hace convencionalmente sino que se deja hasta que deje de latir o hasta que no hayan pasado 2-3 minutos para que la sangre de la madre siga pasando al bebe y de esta manera el hierro maravillosa herramienta para prevenir la anemia en el primer año de vida, procedí a expulsar la placenta en la tina del baño, moverme a la pieza y amamantar a mi niño. Las matronas finalmente llegaron a mi hogar donde revisaron al bebe y me pusieron un par de puntos entregando los documentos de parto correspondientes. Todo estaba en orden.
A pesar del temor a hemorragia y todo el riesgo que este parto presentaba por el tema de las posibles complicaciones, colitis ulcerosa pudieran ocasionar, la experiencia nos condujo exactamente a donde queríamos estar desde el principio. En nuestro hogar junto a nuestra hija.
El post parto fue dificil porque aún estaba con brote, pero recibí apoyo de personas que me ayudaron emocionalmente para salir y entrar en remisión además de hierbas medicinales de una Machi. En este caso, esta es la primera señal para mi que la parte emocional es preponderante en las defensas del organismo.
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